El Salón de Actos de Ateneo, donde se realizo el homenaje,
estaba decorado con mantones de manila y claveles, todo con ese toque castizo
con el que se identifica al Poeta, y recordándonos, porque no, esas antiguas
tertulias a las cuales asistía Emilio Carrère en compañía de escritores
y teosofos, como Mario Roso de Luna.
Con una emotiva presentación de la nieta del
poeta, Paloma Carrère, daba comienzo el homenaje. Disfrutamos de la magistral
actuación de Carmen Zafra, que realizo su debut profesional en el Teatro de la
Zarzuela de Madrid, con la Compañía Lírica “Amadeo Vives” y que en el campo de
la poesía ha recitado a poetas como Zorrilla, Vital Aza, Rubén Darío, García
Lorca, Rafaél de León, Cavestany, Jorge Llopis,… Y como no, a Carrère. En esta
ocasión nos sorprendió intercalando maravillosamente la poesía y el canto. La
fuerza y viveza de la voz del barítono Fernando Cejalvo, interpretando las
antiguas zarzuelas compuestas por el poeta nos trasladaron a aquel Madrid de
1900, ese Madrid entrañable y castizo.
Todas estas actuaciones eran acompañadas al piano por el
maestro Manuel Valencia, que en las pequeñas zarzuelas hacen que nos recuerden
y nos trasladen a aquellas actuaciones del Teatro Ideal.
Un pequeño Homenaje a un Gran Poeta
Emilio Carrère
