Hoy hemos queria hacer un espacio a un libro que trae a todos de cabeza: El Códice Voynich
Aun en nuestros días, aunque
pensemos que todo está descubierto, no es así, aun podemos encontrarnos con
misterios sin resolver. Es el caso de los irresueltos los arcanos del Códice Voynich, un enigma en forma de libro
antiguo que desde hace ya más de 50 años dormita en las estanterías de la
Biblioteca Beinecke de la Universidad de Yale en espera de que alguien despeje
su misterio.
El códice fue descubierto de
forma totalmente casual en 1912 por el librero lituano Wilfrid Wojnicz entre
los anaqueles de la Villa Mondragon. Aun en nuestros días no se sabe quién lo
escribió ni quién lo ilustró, ni con qué intención. No se sabe en qué idioma
está escrito.
¿Qué información guardan sus páginas? ¿Una guía de
plantas mágicas, pócimas medievales? ¿En qué lengua está escrito? ¿Un libro de brujería
o un libro cabalístico?
Hay quien dice que podría ser
sanscrito o quizás alguna antigua lengua oriental o si vamos más lejos quizás se
trate de esperanto, lo cierto es que ningún experto lo ha descifrado aun. Tan
solo tenemos una certeza, puesto que a través de la prueba del Carbono 14 realizada
por la Universidad de Arizona, se ha conseguido descubrir que el manuscrito vio
la luz en el Siglo XV, lo que confirma que es un auténtico manuscrito medieval,
pero por lo demás, sigue siendo un misterio.
El texto fue claramente
escrito de izquierda a derecha, con un margen derecho desigual. Las secciones
más largas se encuentran partidas en párrafos, a menudo con "viñetas"
en el margen izquierdo. El texto es
fluido, como si el escriba entendiera lo que estaba escribiendo mientras lo
hacía. Por otro lado, el "idioma" del Manuscrito Voynich, el voynichés, es distinto de los
idiomas europeos en varios aspectos. En particular, no existen palabras con más
de 10 "letras".
Otra cualidad de El Voynich es
que un libro hecho en vitela, es decir, en piel de animal no nato, el material
más suave y delicado que se puede encontrar, además, el libro tiene folios que
se abren, se desdoblan, se multiplican…
Y es que los libros nunca dejan de sorprendernos!